…
escribía María Elena Walsh,
tantas veces me morí,
decía
ella, y otras voces multiplicaron el tercer verso,
sin embargo estoy
aquí,
al
borde del 2013, y como aún tantas otras veces moriremos, ¿por qué no iniciar el nuevo año escuchando Como la cigarra, en la voz del Cuarteto
Zupay?
2 comentarios:
Hay una iconografía típica de estas fechas consistente en un viejo que se marcha y un bebé que nace. Un ciclo de vida infinito que viene acompañado de buenos deseos y proyectos. No es ninguna liturgia, es que somos así y qué bien que nos ilusione.
Un abrazo
Hola, dafd, ¡qué bueno verte por aquí! Con el cambio de dirección del blog se me esfumó (literalmente) el gadget de los blogs amigos, y estoy reconstruyéndolo de a poco... No tenía la dirección de tu página grabada en otro sitio, pero ahora ya pude restituirla.
Uno, como todos, sabe que no hay días de finalización ni de inicio: es todo un continuo.Pero eso no quita el que dividamos el tiempo entre el año viejo y el año nuevo; después de todo, ¿por qué no hacerlo así, y tomarnos la libertad de pensar, año a año, que un día después del de hoy iniciaremos un mejor futuro?
Yn abrazo,
Esther
Publicar un comentario